La comunidad nace cuando se llegan a vivir sobre todo tres actitudes:
En primer lugar, el sentimiento del nosotras, que significa haber hecho el paso del yo y el tu hacia el nosotras. Ello significa compartir, hacer propias las situaciones de los demás miembros del grupo. La comunidad nace cuando las hermanas se sienten mutuamente acogidas y aceptadas.
En segundo lugar, la comunidad nace si existe un sentimiento de interdependencia que puede expresarse con este lema: “Yo soy guardián de mis hermanas y ellas lo son de mi” Ser comunidad es identificarse todos los miembros del grupo con un proyecto común que establezca relaciones de interdependencia. Esta permite la comunión. Ser comunidad es ser interdependientes y ello significa saber responsabilizarse unos de otros.
Y, en tercer lugar, el sentimiento de participación activa, expresado en estas palabras: “Yo tengo mi lugar”. Cada uno tiene su puesto. Cada miembro ha de ser consciente de desempeñar un papel en el grupo. Cada uno ha de sentirse útil y ha de saber que aporta su colaboración a la obra común.