Si te sientes llamada a seguir a Cristo en la vida consagrada, ha de saber que es Dios quien te está llamando y para Él nada hay imposible. Te asistirá con su gracia en cada instante de tu vida, no te dejará sola. Confía en él y no tengas miedo en responder a su invitación. Entrégate como Jesús lo hizo por ti y por mí, y descubre la realidad de la felicidad: « Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé » (Jn 15,9- 13)